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Batman había hecho bien en enviar a Nightwing a investigar la guarida del Joker. Tal vez no era el mejor detective del mundo, pero era mucho mejor acróbata que él.
Giró su cuerpo sobre la cintura hasta acabar cabeza abajo, y extendió los brazos, uniendo las manos por las palmas en posición de salto de trampolín. De esta forma ocupaba el mínimo espacio posible para atravesar un recoveco en la primera red láser. Una vez atravesado todo esto, necesitaría soltarse de la batcuerda y posarse en el suelo sin tocar la segunda red.
Cerró los ojos y respiró hondo. Recordó a sus padres, en el circo Haley, enseñándole que la red es la única salvación del trapecista, y trató de imaginarse cómo habría sido que le enseñaran a no tocar jamás la red.
Un movimiento de su dedo liberó el carrete de la cuerda. Nightwing descendió a gran velocidad, aún con los ojos cerrados, y guiándose por su instinto volvió a pulsar el botón y detuvo la caída en seco. Desplegó los brazos para estabilizarse y abrió los ojos.
Estaba en el punto correcto. Lejos del alcance de la primera red, aún por encima de la segunda, y el cable pasando justo por el centro del trapecio definido por cuatro lásers.
Ahora venía la cabriola final. Se descolgó la cuerda de la cintura y pulsó el botón de recogida. Mientras el cable ascendía rápidamente para reunirse con el garfio, Nightwing recogió las rodillas, dio una voltereta en el aire, extendió y separó las piernas y aterrizó sobre sus pies en perfecto equilibrio. Un láser cruzaba el espacio justo entre sus pies.
-Lo conseguí- dijo-. He llegado al suelo.
-Me alegro- respondió Oráculo-. Ahora a ver si eres capaz de reconstruir el robo.
-Se supone que le robaron un sistema mecánico de poleas que había diseñado él mismo. Lo más lógico es que lo guardara en el cuarto de la esquina…
Oráculo respondió algo acerca de la declaración del Joker, pero Nightwing no la escuchó. Su mirada se había quedado fija en la pared del cuarto.
-Joder- murmuró.
-¿Tan impresionante es lo que te he dicho?- preguntó Oráculo, confundida- Creí que ya lo sabías de antes…
-Oráculo, creo que el caso se está empezando a complicar.
-¿Algún problema? ¿Necesitas refuerzos?
Junto a la pared de ladrillo más cercana había un pequeño montoncito de polvo rojizo. Si había caído en línea recta desde arriba, el único lugar visible del que podía haber salido era el respiradero, en la parte de arriba de la pared. No había marcas de puntos de enganche.
Si el ladrón había hecho esos orificios, significaba que tenía que haber escalado esa pared. Pero si así había sido, no había dejado ninguna marca en su ascensión.
-Llama a Nueva York- murmuró Nightwing-. Pregunta por el tío ese que tienen que trepa muros. Creo que se nos ha venido a Gotham.
-¿De qué estás hablando?
Nightwing no respondió. El ladrón había trepado con sus propias manos a lo alto de aquél cuarto, pero ¿cómo?
Ese no era el método. Batman le había enseñado a seleccionar mejor el orden de las preguntas. Ya habría tiempo para el cómo cuando encontrasen al ladrón. Centrándose en lo importante, la verdadera pregunta era: ¿para qué?
-Oráculo- llamó-. ¿Tenemos el código de desactivación de las trampas del cuarto de la esquina?
-No te lo vas a creer. La contraseña es Batman.
“Enternecedor”, pensó Nightwing.
-¿Vas a desactivar las trampas? Pensé que querías reconstruir el robo tal y como ocurrió.
-El ladrón ha mirado por el respiradero del cuarto. Yo miré antes y no se distinguía nada. Quiero saber por qué lo hizo él.
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